Y me refiero realmente al sentarte ahí, asentarte, llenarte todo... Para el conocimiento general, la flor de loto crece del lodo, emergiendo de la oscuridad a la luz. En cuestiones de la vida real, el trabajo, el esfuerzo y sufrimiento que le ponemos es lo que recibimos a cambio, la recompensa.
Esa frase se ha quedado atorada en mi mente últimamente. Que real y verdadero es eso, estamos tan empantanados, tan llenos de lodo por la dificultad, por el sufrimiento que llevamos en el día a día de la vida, que a veces es difícil ver la belleza potencial de la meta que queremos alcanzar, o al revés, vemos el resultado de lo que queremos, pero la desesperación de encontrar la motivación o el tomar la responsabilidad del trabajo que se tiene que hacer para lograr esa meta.
Estuve haciendo una práctica a consciencia y dejando que ese pensamiento se volviera un mantra en mi mente...
Cuando estoy batallando para tomar las medidas o acciones necesarias para completar una tares... Sin lodo no hay loto...
Cuando me siento frustrado en una situación con mi hijo o me doy cuenta de todo el trabajo que es convertirse en papá... Sin lodo no hay loto...
Cuando estoy evitando una situación o una conversación muy incómoda... Sin lodo no hay loto...
Cuando es difícil encontrar la motivación para seguir adelante y dar un paso más... Sin lodo no hay loto...
Tengo un poco de control sobre cada una de estas cosas. Cuando doy un paso atrás para recordar o darme cuenta del esfuerzo y trabajo que he puesto, me acerco ala meta, me empuja a seguir adelante.
Esto va mas allá de un motivador, hay muchos aspectos de la vida en los que casi no tenemos control sobre ellos. Cuando pasamos por tiempos difíciles, tener una pérdida, recibiendo malas noticias o recuperándote de un fracaso... Sin lodo no hay loto... El sentimiento te dice que puedes, control o descontrol, cuando estamos sentados en el lodo, en le pantano, podemos escoger el aprender de ese lodo y darnos cuenta que nos da la oportunidad de crecer, de levantarnos y logras que nuestra vida florezca.
Sin lodo no hay loto...
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