Existen por ahí muchas teorías flotando al rededor tratando de entender la razón de la epidemia humana a la cual me gusta referirme como síndrome del "Quiero lo que no puedo tener" hablando de cosas materiales hasta de la familia perfecta.
Para mi, nunca fue por la emoción de la búsqueda. Yo no soy mucho de andar persiguiendo cosas, así que definitivamente no estoy interesado en ir detrás de alguien. No, para mi siempre es mas sobre la historia. Ahí creo que si vale la pena hacer lo que sea por la historia.
A veces hay gente que viene a nuestras vidas y son tan pinche asombrosas que tocan las fibras mas escondidas del corazón, pero por una u otra cosa ellos no son para nosotros, no son parte de nuestra historia, te das cuenta que son solo nuestro presente, pero nunca nuestro futuro. Yo siempre se cuando las cosas no están hechas para durar, pero mi corazón nunca entiende la lógica de las cosas cuando quiere amar a alguien. Como Gabino Barrera el wey no entiende razones, sabe que su única función es amar, siempre convenciendo a la razón para quedarse, aguantar un poco mas, solo un poco mas, ama así como sea, disfruta la compañía y ve como avanza la historia.
Siempre hay algo romántico al saber que algo debe terminar. Francis Scott Fitzgerald decía "No soy sentimental, soy tan romántico como tu lo eres. La idea, ya sabes, es que la persona sentimental piensa que las cosas durarán. El romántico tiene una desesperada confianza en que no lo harán." Es como descubrir que te queda un año de vida. Si alguien me dijera eso, que me queda un año de vida, yo no les daría una pistola y diría "Mejor termínala ahora." Yo me acabaría ese año de vida completamente. Disfrutaría cada día de los que me restan en la tierra hasta que se me acabe el aliento.
Sabiendo que no estaré con alguien para siempre solo intensifica mis ganas de estar mas con esa persona, no para siempre, pero sí en este momento. Yo solo quiero abrazarla, besarla, tocarla, sentirla cerca y experimentarla. Amarla ferozmente.
Antes pensaba que el compromiso te garantizaba que iban a estar juntos por siempre, pero no es así. Nada en la vida está garantizado. Nadie puede prometerte un para siempre aunque tengan la intensión en el momento. En cierto sentido, un final me da mas seguridad.
Tal vez ella no está aquí para el largo viaje, para el viaje hasta el asilo, o ni siquiera para pasado mañana, pero ahora están aquí y justo ahora el instante es gratificante. "Para Siempre" no tiene lugar en un mundo de constante cambio.
Amar a los que no podía tener, me enseñó mucho sobre el amor e incluso la vida. Aprendí que hay fuerza en dejarlas ir, mas de la que se requiere manteniéndolas contigo. Aprendí a dejar de tratar se dueño de un ser humano. A amar sin querer poseer, porque yo no necesito ser dueño de alguien para ser feliz.
Aprendí que el final de una relación no era el fin de mi mundo.
Se que tal vez estés pensando en que yo no conozco a alguien mejor, que aún no experimenté el "amor verdadero", pero yo tuve un amor el cual pensaba que era "el verdadero." Ella me escogió y yo a ella. Yo creía que estaríamos juntos para siempre como una vil colegiala dibujando corazones en los puntos de las íes, escribiendo en los cuadernos que era "para siempre" con una inocente esperanza. Y cuando terminó, casi me destruye. Me colgué en los pedazos de una relación rota hasta que la asfixia me volvió de un azul, con mi cara consumida por la ansiedad, como si fuera mi última oportunidad de sentir alguna vez el amor.
Después de algún tiempo finalmente la dejé ir, y me di cuenta que eso no me mató, no volvió mi corazón amargo ni lo cambió a un estado frío. Mientras haya alguna oportunidad de seguir amando el corazón seguirá funcionando. Él amará a quien lo ame aún así si yo no quiero hacerlo, aunque tenga que terminar alguna vez y seguirá amando aún después de eso también. Es una prueba fehaciente de cuanto somos capaces de amar.
Entonces, cuando yo conozca a alguien, aún así que yo sepa que no vamos a estar juntos para siempre disfrutaré el tiempo que estaremos juntos. La amaré por los momentos que compartimos y la alegría que trajo a mi vida, esos son los recuerdos con los que me quedaré por siempre.
Tal vez no es la misma idea del "amor" que yo tenía de niño, esa noción del felices por siempre que veía en mis padres. Pero es igual de bonito que un cuento.
He sido besado tan fuerte que olvidé que tenía una cara, he pasado mi brazo al rededor de una cintura y caminado por el horizonte, he escalado algunas montañas solo para ver un atardecer, he corrido en la lluvia para decir Te Amo y sí... También he tenido sexo que me ha hecho explotar en sensaciones inexplicables.
Estoy seguro, va a doler cuando termine. No me gusta que las cosas se acaben, cada historia debe terminar pero eso no significa que no hayas disfrutado el viaje.
Algún día escogeré amar a alguien que escogió amarme a mi y antes de que no demos cuenta vamos a pasar una vida juntos hasta que termine de nuevo...
28 de diciembre de 2015
Te amo aunque no vayamos a estar para siempre juntos
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6 de noviembre de 2015
Quien quiere...
Quien quiere no demora, aparece. Quien te quiere ver ahora no lo deja para mañana, incluso si la distancia es incalculable o ya es demasiado tarde para hacerlo. Quien quiere, no deja para después lo que puede hacer ahora. Quien quiere quedarse, se queda sin que le tengas que implorar. Quien quiere cuidarte, simplemente te cuida. Quien quiere, probablemente no va a soportar la nostalgia, no escatimará en sentimientos y se entregará para tenerte.
Quien quiere, encuentra un camino. Quien tiene ganas hace que la nostalgia se transforme en encuentro, hace que el cine se convierta en motel, hace del cansancio un motivo, hace de los días fríos algo más cálido. Quien quiere, es capaz de viajar 100 km solo para verte, y no le importa si el tiempo pasa demasiado rápido, quien quiere ni si quiera lo pensará cuando se trate de verte hoy o dentro de dos semanas. Quien quiere no vive de las conversaciones, no pierde el tiempo, no colecciona mil y una disculpas para justificar que no podrá verte hoy por qué el día fue muy duro.
Quien tiene nostalgia de tu sonrisa no se contenta con escuchar la voz a través de una bocina, quien quiere estar contigo siente la necesidad de verte para conversar sobre tu día, sobre todas las cosas que te hacen perder la cabeza y entiende que es mejor abrazarte en los momentos más difíciles en lugar de simplemente enviar un “que estés bien” por mensajes. Quien te quiere te hace bien, toca a tu puerta con chocolates y cerveza que compró en el camino – el dinero era poco y el vino es caro. Quien realmente te quiere ver no espera un día feriado o por días mejores que no tengan exámenes ni un montón de trabajo por terminar.
Quien te quiere ver no se lamenta por vestir lo primero que encuentra a la mano para salir con la sonrisa más sincera a encontrarte. Quien quiere, no reserva un tiempo para ti o un horario fijo para verte, te reserva la vida entera y te enseña que, cuando la gente ama de verdad, no se escatima en esfuerzos, que no se quiere a otro para rellenar aquel espacio que sobra en la cama o ese tiempo libre en los fines de semana. Cuando queremos, aceptamos que otro se suba al tren de nuestra vida, para ser abrigado y convertirse en abrigo al mismo tiempo, para unir dos mundos en uno solo.
Quien anhela quedarse cierra los ojos sobre tu pecho y se permite, sin miedos, despertar hasta el otro día. Quien quiere, se hace el dormido para no levantarse de la cama y no salir de tu vida, te roba las mañanas, te envuelve en sus brazos y cuando le preguntes si la posición de tu cabeza le está lastimando, te responde que no. Quien quiere permanecer en tu vida no se lo piensa dos veces antes de entrar. Se queda para el desayuno y si es posible hasta la cena, ya que no probar al máximo el gusto de tus besos se considera algo estúpido.
Quien desea quedarse posa la cabeza sobre tu hombro y permite que descubras todos sus miedos y secretos, los errores y defectos, aprieta tu mano para intentar decirte algo en silencio y se despide sin dejarte nada, permitiéndote la libertad y dejándote con esa sensación de querer vivir un poco más a su lado. Quien te quiere tiene ganas de repetir, de probar cada uno de los gustos de tu sabor, de intentar todas las aventuras contigo sin tener que pensarlo, sin tener que decir “hoy no”, “lo dejamos para mañana”. Por qué quien quiere, encuentra la forma. Quien no quiere, encuentra una disculpa.
Quien quiere, encuentra un camino. Quien tiene ganas hace que la nostalgia se transforme en encuentro, hace que el cine se convierta en motel, hace del cansancio un motivo, hace de los días fríos algo más cálido. Quien quiere, es capaz de viajar 100 km solo para verte, y no le importa si el tiempo pasa demasiado rápido, quien quiere ni si quiera lo pensará cuando se trate de verte hoy o dentro de dos semanas. Quien quiere no vive de las conversaciones, no pierde el tiempo, no colecciona mil y una disculpas para justificar que no podrá verte hoy por qué el día fue muy duro.
Quien tiene nostalgia de tu sonrisa no se contenta con escuchar la voz a través de una bocina, quien quiere estar contigo siente la necesidad de verte para conversar sobre tu día, sobre todas las cosas que te hacen perder la cabeza y entiende que es mejor abrazarte en los momentos más difíciles en lugar de simplemente enviar un “que estés bien” por mensajes. Quien te quiere te hace bien, toca a tu puerta con chocolates y cerveza que compró en el camino – el dinero era poco y el vino es caro. Quien realmente te quiere ver no espera un día feriado o por días mejores que no tengan exámenes ni un montón de trabajo por terminar.
Quien te quiere ver no se lamenta por vestir lo primero que encuentra a la mano para salir con la sonrisa más sincera a encontrarte. Quien quiere, no reserva un tiempo para ti o un horario fijo para verte, te reserva la vida entera y te enseña que, cuando la gente ama de verdad, no se escatima en esfuerzos, que no se quiere a otro para rellenar aquel espacio que sobra en la cama o ese tiempo libre en los fines de semana. Cuando queremos, aceptamos que otro se suba al tren de nuestra vida, para ser abrigado y convertirse en abrigo al mismo tiempo, para unir dos mundos en uno solo.
Quien anhela quedarse cierra los ojos sobre tu pecho y se permite, sin miedos, despertar hasta el otro día. Quien quiere, se hace el dormido para no levantarse de la cama y no salir de tu vida, te roba las mañanas, te envuelve en sus brazos y cuando le preguntes si la posición de tu cabeza le está lastimando, te responde que no. Quien quiere permanecer en tu vida no se lo piensa dos veces antes de entrar. Se queda para el desayuno y si es posible hasta la cena, ya que no probar al máximo el gusto de tus besos se considera algo estúpido.
Quien desea quedarse posa la cabeza sobre tu hombro y permite que descubras todos sus miedos y secretos, los errores y defectos, aprieta tu mano para intentar decirte algo en silencio y se despide sin dejarte nada, permitiéndote la libertad y dejándote con esa sensación de querer vivir un poco más a su lado. Quien te quiere tiene ganas de repetir, de probar cada uno de los gustos de tu sabor, de intentar todas las aventuras contigo sin tener que pensarlo, sin tener que decir “hoy no”, “lo dejamos para mañana”. Por qué quien quiere, encuentra la forma. Quien no quiere, encuentra una disculpa.
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24 de agosto de 2015
Área Gris
Existe una pequeña área gris en las relaciones, un limbo donde no sabes que hacer o como actuar, esa parte de las relaciones nadie te las explica.
Todos te dicen lo bonito de las cosas, los pros y las ventajas, algunas personas te dicen lo que puede salir mal, pero nadie te dice de ese lugar gris, la tibieza de las cosas, esas reglas del juego que no están escritas pero son validas en todos lados.
Es muy bonito aventarte de frente a un sueño, una experiencia de vida que esperas salga de lo mejor, lo piensas, te animas y te arrepientes, se vuelve un constante pesar el estar dándole vueltas a la idea.
Al final de todo te avientas de bruces como tantas veces lo hiciste, algunas salía mal pero la mayoría siempre salías bien librado, el destino estaba de tu lado.
Al parecer no en esta ocasión... En un momento cambian las cosas, de risas se convierte a reclamos, todo cambió de un momento a otro, ese estado de sopor mental, el letargo en la relación, la monotonía mesclada con somnolencia de la cual no puedes escapar.
Tienes un hijo. En su momento no parece ser la decisión correcta, ante uno mismo y ante esas personas que te insistían que no te casaras, que no era el momento, que no era TU momento.
Tu vida cambia por completo, de vivir en una melancolía constante, de estar solo todo el tiempo a tener a alguien en quien pensar, alguien que necesita de ti a cada momento, el vivir por alguien te cambia y te hace ser mejor. Error, si quieres cambio debe ser por ti, por tu futuro, por tu persona, por esa paz mental que no podías obtener al tener a alguien a tu lado que te apoya en lo que puede pero al parecer nunca es suficiente.
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12 de agosto de 2015
Diferencias entre amor y matrimonio...
Esta ocasión compartiré una escrito atribuido a una vivencia o enseñanza de Platón, todo esto debido a diversas situaciones que están pasando en mi vida personal, mas adelante tal vez comparta eso aquí también.
No se si les comenté pero soy papá de un hermoso niño de 11 meses recién cumplidos, un guapo caballerito galante como su padre, ese enano me trajo un cambio de vida que me hizo ver las cosas de otra manera, tomar decisiones y madurar por mí, por el y por el futuro que le quiero dar.
¿Qué es el amor?
Un día Platón le preguntó a su maestro, “¿Qué es el amor? ¿Cómo puedo encontrarlo?” Su maestro respondió: “Hay un enorme campo de trigo al frente. Camina hacia adelante sin mirar atrás, y elige solamente un tallo. Si encuentras el tallo más magnífico, entonces habrás encontrado el amor.”
Platón se adelantó, y en poco tiempo, volvió con las manos vacías, no había escogido ninguno. Su maestro le preguntó: “¿Por qué no elegiste cualquier tallo?” Platón respondió: “Porque yo sólo podía elegir una vez, y no podía dar marcha atrás.
Encontré el tallo más magnífico, pero no sabía si había mejores por venir, así que decidí no escogerlo. Mientras caminaba más, los tallos que vi no eran tan buenos como el anterior, por lo que al final no tomé ninguno. Su maestro luego dijo: “Y eso es amor.”
¿Qué es el matrimonio?
Otro día, Platón preguntó a su maestro: “¿Qué es el matrimonio? ¿Cómo puedo encontrarlo?” Su maestro respondió: “Hay un floreciente bosque enfrente. Camina hacia adelante sin mirar atrás, y tala un solo árbol. Si encuentras el árbol más alto, entonces habrás encontrado el matrimonio.”
Platón se adelantó, y en poco tiempo, volvió con un árbol. El árbol no estaba en pleno apogeo, y tampoco era alto. Era sólo un árbol ordinario. Su maestro le preguntó: “¿Por qué cortar ese árbol tan común?” Platón respondió: “Debido a mi experiencia anterior. Caminé hasta medio camino a través del bosque. Esta vez, vi este árbol, y yo sentía que no estaba mal, así que lo corte y lo traje. Yo no quería dejar pasar la oportunidad.” Su maestro dijo: “Y eso es el matrimonio.”
Si te sientes bien, la decisión es la correcta...
Hai Juano!!
No se si les comenté pero soy papá de un hermoso niño de 11 meses recién cumplidos, un guapo caballerito galante como su padre, ese enano me trajo un cambio de vida que me hizo ver las cosas de otra manera, tomar decisiones y madurar por mí, por el y por el futuro que le quiero dar.
¿Qué es el amor?
Un día Platón le preguntó a su maestro, “¿Qué es el amor? ¿Cómo puedo encontrarlo?” Su maestro respondió: “Hay un enorme campo de trigo al frente. Camina hacia adelante sin mirar atrás, y elige solamente un tallo. Si encuentras el tallo más magnífico, entonces habrás encontrado el amor.”
Platón se adelantó, y en poco tiempo, volvió con las manos vacías, no había escogido ninguno. Su maestro le preguntó: “¿Por qué no elegiste cualquier tallo?” Platón respondió: “Porque yo sólo podía elegir una vez, y no podía dar marcha atrás.
Encontré el tallo más magnífico, pero no sabía si había mejores por venir, así que decidí no escogerlo. Mientras caminaba más, los tallos que vi no eran tan buenos como el anterior, por lo que al final no tomé ninguno. Su maestro luego dijo: “Y eso es amor.”
¿Qué es el matrimonio?
Otro día, Platón preguntó a su maestro: “¿Qué es el matrimonio? ¿Cómo puedo encontrarlo?” Su maestro respondió: “Hay un floreciente bosque enfrente. Camina hacia adelante sin mirar atrás, y tala un solo árbol. Si encuentras el árbol más alto, entonces habrás encontrado el matrimonio.”
Platón se adelantó, y en poco tiempo, volvió con un árbol. El árbol no estaba en pleno apogeo, y tampoco era alto. Era sólo un árbol ordinario. Su maestro le preguntó: “¿Por qué cortar ese árbol tan común?” Platón respondió: “Debido a mi experiencia anterior. Caminé hasta medio camino a través del bosque. Esta vez, vi este árbol, y yo sentía que no estaba mal, así que lo corte y lo traje. Yo no quería dejar pasar la oportunidad.” Su maestro dijo: “Y eso es el matrimonio.”
Si te sientes bien, la decisión es la correcta...
Hai Juano!!
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30 de julio de 2015
De raices y alas
Hay multitud de clases de personas en el mundo: las que gustan más del mar, las que prefieren el campo. Las que esperan nostálgicamente el invierno, las que aguardan con ahínco el verano. Y existen también las que se quedan y las que se van.
No es fácil ser del tipo que se queda, ni tampoco del tipo que se va. A veces, quien se queda siente el deseo de irse, de la misma forma que quien se va, siente un inmenso deseo por quedarse. Es difícil entender que no existe la posibilidad de tener alas y raíces al mismo tiempo, o lanzar el ancla a la arena y zarpar. Haces lo uno o lo otro. Algunas cuantas personas logran cambiar, después de todo vivimos en un cambio constante, pero es difícil apaciguar algo que ya traemos de nacimiento.
Aquellos quienes se quedan se sienten bien así, y abandonar – las personas, lugares, ciudades, recuerdos – es algo muy difícil. Cuando la vida los incita a irse, ellos prefieren seguir allí. En ocasiones, son llamados conformistas – años en el mismo empleo, años con las mismas personas, nunca ha dejado la ciudad donde nació. ¿Y la vida?, ¿Y el mundo? Estos cuestionamientos pueden atormentarlos, alcanzar algo en sus corazones, pero cuando miran a su alrededor, apenas pueden entenderlo. Se pueden ir, siempre y cuando la condición para hacerlo sea volver, y volver rápido. Ellos quieren quedarse sin importar nada.
Ah, las personas que se van… déjenlas que se vayan. No significa que no amen, no sientan nostalgia o que no les importe – simplemente su corazón es demasiado grande, y necesitan siempre estar en expansión. Cuando son enclaustradas, sufren mucho. No caben en los cubículos, no encajan en los trajes, no caben en sí mismos – el movimiento es la palabra que define sus vidas. Algunos creen que este tipo de persona es indecisa, inquieta e incluso frustrada, pues siempre parece estar buscando respuestas. No. En realidad, a esas personas que se van no les interesan demasiado las respuestas – su combustible está hecho a base de preguntas. Cuestionan todo el tiempo, piensan todo el tiempo, observan todo el tiempo. Se ven deslumbradas por la cantidad de maravillas que el mundo puede ofrecer, ya sea en una ciudad moderna como Paris o en un bar abandonado en una esquina cualquiera.
Sucede, en ocasiones, que las personas que se quedan se enamoran de las personas que se van. De ahí la necesidad de izar y anclar, echar raíces y volar, correr y quedarse quieto. Podría escribir consejos, podría decir quédate, vete, espera, acepta. Pero no me corresponde. El amor es movimiento, energía, es vida pulsando dentro y fuera de nosotros, y exactamente por eso es tan personal. La única cosa que me atrevo a recomendar es: Siente. Permítete eso. Amplia el sentimiento, no lo guardes para ti. Y acepta el tipo de persona que es el otro. “Es difícil enamorarse de los que tienen alas”, dice un poeta. Pero también es difícil arrancar a quienes ya han echado raíces.
Hail Juano...
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